“A mí me emociona muchísimo el hecho de asustarme porque significa que
voy a escribir sobre algo que hasta entonces me daba miedo expresar”
ElPorElla es una campaña lanzada
por la ONU, de la cual Emma Watson fue nombrada embajadora; esta campaña busca
fomentar o incentivar el feminismo. Pero antes de que piensen que soy una
persona que odia a los hombres, debo de aclarar esto.
De acuerdo a la Real Academia
Española (RAE), feminismo es un movimiento que exige para las mujeres iguales
derechos que para los hombres y según Wikipedia es un conjunto heterogéneo de
ideologías y de movimientos políticos, culturales y económicos que tienen como
objetivo la igualdad de derechos entre varones y mujeres, así como cuestionar
la dominación y la violencia de los hombres sobre las mujeres y la asignación
de roles sociales según el género.
Después de haber hecho esta aclaración
prosigo con lo que les iba a relatar.
Yo soy feminista. Sí. Han pasado
diversas circunstancias para que yo me convierta en feminista, he sufrido de
acoso, muchas veces han violado mis derechos, me han menospreciado por ser
mujer, me han minimizado, no me han dado el lugar que me corresponde, me han
ofendido, en fin , un millón de cosas más; que hicieron posible ese cambio en mí.
A mi parecer todo comienzo por haber nacido en el seno de una familia machista, donde siempre hubo
preferencia por los hombres y las mujeres siempre fueron dejadas de lado, sin
poder opinar ni refutar sobre alguna decisión familiar. De pequeña yo veía eso
y me quedaba callada, no sabía lo que
significaba, no tenía idea de lo que realmente se trataba todo esto, pero fui
creciendo y conforme iba pasando el tiempo decidí no pasarlo por alto. También
tuve influencia de mis profesoras del colegio Enrique Espinosa, ellas decían constantemente
que no debíamos dejarnos pisotear por nadie y que debíamos defender nuestros
derechos siempre, aprendí muchas historias de personajes famosos como Christine
de Pizan, Mary Wollstonecraft, Emmeline Pankhurst, Sojourner Truth, Lucretia
Mott, Lucy Stone, Elizabeth Cady Stanton, Susan B. Anthony, Sarmiza Bilcescu , Elisa
Leonida Zamfirescu, Simone de Beauvoir, Betty Friedan, Kate Millett, Shulamith
Firestone, Anita Hill, Rebecca Walker, Margaret Atwood, Chimamanda Ngozi
Adichie, Marcela Serrano, Liza Marklund, Melania Mazzuco, Isabel Allende ,Gabriela
Mistral, etc. Y últimamente que he sido fuertemente influenciada por Warsan
Shire con sus magníficos poemas con una fuerte carga feminista.
Así fue como poco a poco fue
creciendo el sentimiento en mí, así fue como me convertí en feminista y desde ahí
digo: “Feminista he sido siempre y siempre lo seré, desde el inicio de mis días,
hasta el fin”
Por esta razón hago un llamado a
todos, hombre y mujeres para que sigan esta lucha, debemos hacer valer nuestros
derechos, que nos respeten y nos den el lugar que nos corresponde, que nunca más
vuelvan a minimizarnos, porque no somos mejores ni peores, somos iguales y
merecemos respeto.
Aquí les dejo un pequeño discurso
de la embajadora de la ONU, Emma Watson: "Hoy estamos lanzando una campaña
llamada HeForShe (ÉlPorElla). Me dirijo a ustedes porque necesitamos de su
ayuda. Queremos terminar con la inequidad de género y, para hacerlo,
necesitamos que todos se involucren. Esta es la primera campaña en su tipo en las
Naciones Unidas. Queremos tratar de movilizar a cuantos hombres y niños podamos
para que sean agentes de cambio, y no sólo hablar de ello. Queremos tratar de
asegurarnos de que sea algo tangible.
Fui designada como Embajadora de
Buena Voluntad de ONU Mujeres hace seis meses, y mientras más hablé sobre
feminismo, más me di cuenta de que luchar por los derechos de las mujeres muy a
menudo es sinónimo de odio hacia los hombres. Si hay algo de lo que estoy
segura, es que esto debe terminar.
Es conveniente recordar que el
feminismo, por definición, es la creencia de que los hombres y las mujeres
deberían tener iguales derechos y oportunidades. Es la teoría de la equidad
política, económica y social de los sexos. Yo comencé a cuestionarme las
conjeturas basadas en el género hace mucho tiempo.
A los 8, me confundía que me
llamaran "mandona" porque quería dirigir las obras de teatro que
montábamos para nuestros padres. Pero a los niños no. A los 14, comencé a ser
sexualizada por ciertos sectores de la prensa; a los 15, mis mejores amigas
comenzaron a salirse de sus amados equipos deportivos, porque no querían
parecer "machonas"; y a los 18, mis amigos hombres eran incapaces de
expresar sus sentimientos. Decidí que yo era feminista. Y esto no me parece
complicado. Pero mi reciente investigación me demuestra que el feminismo se ha
vuelto una palabra antipática.
Las mujeres están eligiendo no
identificarse como feministas. Aparentemente, me encuentro entre aquellas
mujeres cuyas expresiones son vistas como muy fuertes, "muy
agresivas", aisladas y anti-hombres, incluso poco atractivas. ¿Por qué la
palabra se ha vuelto tan incómoda?
Vengo de Inglaterra y pienso que
es correcto que me paguen lo mismo que a mis colegas hombres. Pienso que es
correcto que yo pueda tomar decisiones sobre mi propio cuerpo, pienso que es
correcto que las mujeres se involucren en mi nombre en las políticas y
decisiones que afecten mi vida. Pienso que es correcto que, socialmente, se me
deba el mismo respeto que a los hombres.

Puede que ellos no lo sepan, pero
ellos son los feministas inadvertidos que están cambiando el mundo hoy en día.
Necesitamos más de estos, y si ustedes aún odian la palabra, no es la palabra
lo que importa. Es la idea y la ambición detrás de ella. Porque no todas las
mujeres han recibido los mismos derechos que yo he recibido. De hecho,
estadísticamente, muy pocas los han tenido.
En 1997, Hillary Clinton dio un
famoso discurso en Beijing acerca de los derechos de las mujeres. Tristemente,
muchas de las cosas que ella quería cambiar aún están presentes en nuestros
días. Pero lo que más me impresionó fue que menos del 30% de la audiencia eran
hombres. ¿Cómo podemos tratar de cambiar el mundo cuando sólo la mitad de él se
siente bienvenido o invitado a participar en la conversación?
Hombres, me gustaría aprovechar
esta oportunidad para extenderles una invitación formal. La equidad de género
es asunto de ustedes también. Porque, a la fecha, sigo viendo menospreciado por
la sociedad el rol de mi padre en la paternidad a pesar de que, en la infancia,
su presencia me era tan necesaria como la de mi madre. He visto a hombres
jóvenes sufrir enfermedades mentales, incapaces de solicitar ayuda, por miedo a
que eso los hiciera menos entre los hombres -o menos hombres. De hecho, en el
Reino Unido, el suicidio es el mayor asesino de hombres de entre 20 y 49 años,
eclipsando a los accidentes viales, el cáncer y la enfermedad coronaria. He
visto a hombres volverse frágiles e inseguros por un sentido distorsionado de
lo que constituye el éxito masculino. Los hombres no tienen, tampoco, los
beneficios de la equidad.
No queremos hablar de que los
hombres se vean atrapados por los estereotipos de género, pero puedo ver que lo
están. Cuando sean libres, las cosas cambiarán para las mujeres como
consecuencia natural. Si los hombres no tienen que ser agresivos, las mujeres
no serán enseñadas a ser sumisas. Si los hombres no necesitan controlar, las
mujeres no tendrán que ser controladas.

Ustedes podrían pensar,
"¿Quién es esta chica de Harry Potter? ¿Qué está haciendo en Naciones
Unidas?". Y es una muy buena pregunta. Yo misma me lo he estado
preguntando. Todo lo que sé es que me importa este problema y quiero ayudar. Y
al ver lo que he visto y dada la oportunidad, siento que es mi responsabilidad
decir algo. El estadista Edmund Burke dijo que todo lo que las fuerzas del mal
necesitan para triunfar es que los buenos hombres y mujeres no hagan nada.
En mi nerviosismo por este
discurso y en mis momentos de duda, me he dicho firmemente a mí misma, "Si
no soy yo, ¿quién? Si no es ahora, ¿cuándo?" Si ustedes tienen dudas
similares cuando las oportunidades se les presenten, espero que esas palabras
les sean de ayuda, porque la realidad es que, si no hacemos nada, tomará unos
75 años, o para mí, casi llegar a los 100, antes que las mujeres puedan esperar
que se les pague lo mismo que a los hombres por el mismo trabajo. 15.5 millones
de niñas se casarán en los próximos 16 años aun siendo niñas, y en las tasas
actuales, no será sino hasta el 2086 que todas las niñas en el África rural puedan
cursar la educación secundaria.
Si tu crees en la equidad,
podrías ser uno de esos feministas inadvertidos de los que hablé antes y, por
esto, te felicito. Estamos luchando por una palabra que nos una, pero la buena
noticia es que tenemos un movimiento que nos une. Se llama ÉlPorElla. Los
invito a dar un paso adelante y preguntarse a ustedes mismos, "Si no soy
yo, ¿quién? Si no es ahora, ¿cuándo?". Muchas, muchas gracias."
Hon, te ha quedado perfecto! Algun dia seras la Presidenta del Peru. Exitos! :)
ResponderEliminarOwww gracias Marleneeeeeee :)
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