Lo fascinante del corazón o del
amor, es que te puede gustar quien menos te imaginas, puede ser tu mejor amigo,
un compañero de clases, la persona que más odias o simplemente cualquier
persona.
Eso fue lo que me paso a mí...

Sinceramente nunca creí que me
llegaría a gustar Tomás, el me caía tan mal, era tan prepotente, muy poco
caballero y no me gustaba como se expresaba, era exactamente el tipo de
hombres que detesto. Porque para mí un hombre tiene que ser caballero,
atento, honesto, tener tacto y sensibilidad para decir las cosas, quizás lo que
pido sea un poco exagerado, pero en el fondo de mi corazón, yo creo que todavía
existen hombres así. Pero no sé qué me paso, cambie de gusto, la verdad no
tengo ni la menor idea.
Como dije al principio así es el
corazón, por motivos diversos de los cuales yo desconozco, este chico me gusta;
y lo sé porque no puedo estar tranquila cuando tengo su mirada encima, sonrío
cada vez que escuchó su voz, amó el olor de su perfume, me gusta su cabello, sus
ojos, su manera de caminar, sus gritos de loco y absolutamente todo referente a
él, TODO. Me pongo celosa cuando lo veo con otra y me desespero de solo pensar
que otra le puede gustar. Me ha convertido en una persona extremadamente
romántica, porque me tiene pensando todo el día en el.
Juró que siento ganas de gritarle
a todo el mundo que lo amo, pero no puedo. No puedo porque, es el enamorado de
una de mis amigas, y sería muy cruel de mi parte hacerle eso a ella, cuantas
veces la he visto sufrir y llorar por él; y sé que lo ama tanto, por eso tengo
que quedarme callada, haría mucho daño si yo dijera algo, cualquier cosa.
Creo que lo mejor es olvidarlo,
pero cada vez que lo veo, siento ganas de estar junto a él, esto se me está
escapando de las manos y me parece increíble lo que el amor puede causar en mí.
Y creo que ya es hora de que me
olvide de esto y espero que así como vino también se vaya lo que yo siento por él.
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