domingo, 13 de julio de 2014

El mundo en el que vivo

Ya no quiero tener esta vida, quiero otra, le he pedido mil veces a Dios que me lleve con el pero nunca ha respondido y es que es muy fácil morir lo difícil es mantenerse con vida.

 No le he contado esto a nadie porque van a pensar que tengo pensamientos suicidas y no es así, solo hay momentos en que desearía no existir, estar muerta porque ahí todo es más fácil, no tendría que preocuparme por nada, ¿No les ha pasado que tienen un problema y por una vez en la vida quisieran  cerrar los ojos hasta que todo pase? A mí sí.

En realidad no quiero morir, no podría dejar a mi madre sola, tampoco tengo miedo a la muerte pero siento que aún me quedan muchas cosas por hacer, aún tengo la esperanza de cambiar al mundo. Y creo que es por eso que Dios aun no lleva con él o probablemente porque mi sitio no está en el cielo, quizá en el infierno.

Lo que realmente quiero es que todo pase, estoy cansada de que siempre suceda lo mismo. ¿Por qué a mí no me toco otra vida? Yo sabría aprovechar mejor el dinero a diferencia de otras personas que lo tienen y lo gastan en cosas banales.

Lamentablemente esta es la vida que tengo y solo me queda sobrevivir, esta es la vida que me tocó vivir y no puedo cambiarla. Esta es la única familia que tengo. Nada más.

Como es costumbre de mi familia cambiarme los planes a último minuto, no dudaron en hacerlo otra vez. Había planeado ir a una discoteca con mis amigas por mi cumple N° 19 y la gran mala noticia es que no podré ir ¿Por qué? Porque no he ingresado aun a la universidad y no tengo permiso para salir a ningún lado. Una vez que ingrese ya puedo hacer lo que yo quiera, aunque lo dudo mucho porque para mí siempre hay restricciones ¿Por qué? Quien sabe, quizá porque soy mujer ya que déjenme decirles que mi familia es súper machista y sé que nunca cambiaran, no creo que exista otra razón por la que no me permitan hacer algo, o quizá porque son sobreprotectores ya que soy la primera nieta y desde pequeña me han cuidado como si fuera oro; aunque yo apostaría de que la única razón aquí es porque soy mujer.

Solo me queda la esperanza de salir de esta casa. No digo que sea un infierno en el que vivo porque siempre me han tratado bien y nunca me ha faltado nada pero hubiera deseado un poco más de libertad, daría mi vida por más libertad; con eso no quiero decir que me voy a perder cada fin de semana, ni que regresare con el pan cada domingo, no soy de las personas que para de fiesta en fiesta o que está metida en las discotecas pero de vez en cuando necesito des-estresarme y bailar es el modo perfecto para olvidarme de todos mis problemas. Y no es igual bailar en la sala de mi casa con mis primas que por cierto todas son menores que yo, a divertirme con mis amigos en una pista de baile. No, no tiene comparación.

Pero como la suerte nunca está de mi lado, no podré hacerlo. Quizá nunca pueda hacerlo. 
(Fragmento de mi diario)

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