viernes, 31 de enero de 2014

Ella

Es perfecta, figura escultural, talento, carisma, inteligencia, con una sonrisa impresionante que cautiva a todo aquel que se tope con ella, hermosa como diosa que se posa entre rosas peligrosas, encantadora, amable, solidaria y siempre dispuesta a ayudar a los demás, segura de sí misma, con un enorme corazón, siempre lucha por sus sueños y nunca se da por vencida, una persona que se levanta después de cada caída y la asume como un nuevo reto, pasa toda clase de obstáculos sin miedo sin temor ,siempre en constante búsqueda de un amor que no sabe si va a llegar. Ella es una princesita de un cuento infinito.

Pero no crean que siempre fue así, hubo un tiempo en el que se perdió así misma y que trato de encontrarse mil veces y no lo lograba, es más se perdió en otras personas creyendo haberse encontrado; dicen que todo tiempo pasado fue mejor pero para ella no fue así, hubo momentos en que cayó en una depresión tan grande que nadie podía sacarla de su cama, que era tan insegura de sí misma que no podía caminar por la calle , se sentía inferior  , hubo momentos en que lloro tanto que pensó que algún día se le acabarían las lágrimas, hubo momentos en que se sintió tan mal ,tan poco mujer, tan insuficiente, sentía que no valía nada, que su vida no tenía sentido. Se sintió tan ridícula encerrada en un cuerpo tan superficial, se sintió bruta, inexperta, sentía que no servía para nada; hubo momentos en los que no podía reír porque siempre llevaba la misma cara triste. Hubo momentos tan tristes… que se sintió tan sola.

Esta puede ser la historia de cualquier mujer a la que se le ama por la primera mala palabra que te viene a la mente… lo que sucede es que no ven más allá de su apariencia; a veces cuando vemos a alguien que supuestamente equivoco el camino un poco más que nosotros, nos convertimos en los más crueles jueces. Así funciona la humanidad, así funciona la sociedad. 

Pero un día se levantó diferente, distinta, con ganas de comerse al mundo y esta vez tenía el coraje suficiente encontrarse a sí misma y traerse de vuelta… 

Ella sabe de falsas promesas, de engaño, llantos sin amparo, de marcas bebidas y salidas a lugares caros, ella conoce los dos lados de la vida, sabe sufrir riendo, ella tuvo que aprender a ser mujer antes de tiempo. Ella vive ardiendo pero de frialdad se viste, tiene la fuerza de cientos y la mirada de una niña triste, ella resiste, se controla acompañándose a sí misma como si se tratase de una isla sola. Sola tuvo que aprenderlo todo, buscar salidas y ganarse la vida a su modo; se aprendió el todo o nada y a luchar codo con codo, fingió no ser brillante como un diamante enterrado en el lodo, sabe de apodos y de modas al detalle, calcular profundo y manejar asuntos en la calle, sabe hacer que quien la conozca nunca olvide su nombre y conoce mil secretos para enloquecer a un hombre. Nadie sabe dónde, cuándo y cómo puede florecer su amor, de indiferencia hizo su escudo protector; se comporta según la situación y el contexto aporta máscaras y siempre avanza tras un plan maestro. Lo cierto es que nadie sabe cuántas lágrimas derrama, nadie sabe cuan tierna y dulce puede ser cuando ama, ninguno en el teatro de su vida entendió la trama, la miran solo para ver el horizonte de su cama.

Princesita de un reino de acusaciones y cerrojos porque lo esencial es invisible a los ojos, todos cuentan su historia y nadie sabe, las miradas no rompen las barreras del maquillaje. La flor que en el jardín con veneno están regando, su diario solo guarda páginas en blanco; su apariencia y su interior no compaginan ella se conoce la sociedad se la imagina.

Ella tiene un corazón y de pasión un mar, una parte del alma vacía y la otra con mucho para dar, una forma propia de besar, mal humor a veces con un lugar para el dolor y un mundo al que no pertenece, ella parece ser feliz hasta que se estrella con la realidad, y se da cuenta que solo se tiene a ella, su amor ahogado soledad y juventud que navega en sueños con diferente latitud, su actitud sufre la esclavitud de la hostilidad, su verdad guarda en un ataúd la sensibilidad, es una flor sin jardinero pero con fragilidad oculta tras las espinas para retirar la debilidad, con facilidad siempre entrega más y se siente bien haciendo sentir bien a los demás, vive buscando paz. Ella es una niña mujer que aprendió todo menos perder la esperanza. 

Ella entendió que en un mundo como este, machista, había una sola forma de sobrevivir, aprendió que la mejor cura de todas en amarse a ella misma, comprendió que nunca es tarde para cambiar y dar lo mejor de ella, y esta vez se sintió suficiente, confiada, segura; se dio cuenta que lo que vivió le dejo una gran lección, que amo, lloro, sufrió y vivió intensamente pero aprendió de cada una de las cosas. Y sobre todo que su vida no podía girar en torno a un hombre y entonces dijo: “Te amo, pero me amo más a mí.”

Y ahora mírala, ya la vez, creyéndola tan fuerte tan llena de vida, dibujando sonrisas ante las miradas pero llevando tanto adentro, mil historias atrapadas; mírala y hazlo bien, no pienses que está loca por ir sola en ese rumbo. No. 

Ella es una guerrera, ella ahora ya no está escondida, ya no depende de nadie. Ella es ahora lo que siempre quiso ser, una mujer triunfadora, ella eres tú. Porque sé que de alguna forma todas hemos pasado por una situación similar a esta y sé que muchas se sentirán identificadas, pues alégrate, ahora eres una mujer que supero todo, que lucho y consiguió todo lo que quería; siéntete orgullosa de ti misma, que así como yo y muchas mujeres más supieron salir adelante a pesar de las múltiples dificultades. Por qué ser mujer es difícil, es una tarea muy dura y por eso Dios nos dio ese reto porque sabe que solo nosotras podemos cumplirlo.

Besito vengador para todas y que Dios las bendiga… ♥
Créditos:
Princesita de los Aldeanos.
Para volver a amar de Kany García.


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